martes, 24 de abril de 2012

La población de pingüinos en la Antártida es el doble de lo que se pensaba


La población de pingüinos emperador que habita en la Antártida es el doble de lo que se pensaba, según un estudio elaborado por científicos británicos gracias a la tecnología de imágenes por satélite.
Los expertos de la Investigación Antártica Británica (BAS, en sus siglas en inglés, el operador nacional antártico del Reino Unido) emplearonimágenes de muy alta resolución para calcular el número de colonias de pingüinos en la costa de la Antártida, así como el de ejemplares.
Según su recuento, la población actual de pingüinos emperador asciende a 595.000 ejemplares, una cifra que casi dobla las estimaciones previas, que situaban su número entre los 270.000 y los 350.000, informa en su último número la revista científica estadounidense 'Public Library of Science ONE' (PLoS).
Esta especie, la de mayor tamaño y peso de todos los pingüinos, se agrupa en grandes colonias en la Antártida. Los expertos estiman ahora que hay 44 colonias, siete más que las conocidas hasta la fecha.
Pingüinos emperador en la Antártida. | ReutersLas poblaciones resultan claramente visibles para el satélite gracias a suplumaje blanco y negro, que destaca sobre el hielo. Este es el primer censo exhaustivo de esta especie que se ha llevado a cabo desde el espacio, según explicó Peter Fretwell, autor principal del estudio.

Impacto del cambio climático

"Los métodos empleados suponen un enorme paso adelante para la ecología de la Antártida" porque son seguros y eficientes y tienen poco impacto medioambiental, señaló por su parte Michelle LaRue, de la Universidad de Minnesota (EEUU), coautora del estudio.
Aunque los pingüinos emperador no son una especie amenazada, las investigaciones actuales indican que se verán gravemente afectados por el cambio climático.
Este tipo de estudios, que pueden ser repetidos con regularidad, permitirán conocer con mayor exactitud los peligros que se ciernen sobre esta especie, según otro de los coautores del estudio, el biólogo de BAS Phil Trathan.
Los científicos temen que el alza de las temperaturas en algunas regiones de la Antártida registrada al inicio de la primavera cause una pérdida de hielo marino que perjudique a los pingüinos, especialmente a los que viven en las zonas más al norte.
"Las investigaciones más recientes nos hacen temer un descenso importante en el número de pingüinos emperador durante el próximo siglo, pero los efectos del calentamiento en la Antártida son regionales e irregulares y en el futuro prevemos que las colonias más al sur se mantendrán", comentó Trathan.

Los problemas de la vuelta a la libertad de las tortugas bobas


A la captura accidental de tortugas boba debida a actividades humanas le sigue un proceso de recuperación más o menos complicado en función de las lesiones que presenten. Investigadores españoles han analizado el proceso de reinserción al medio de estos animales y han descubierto que hay alteraciones de conducta en los ejemplares que sufren una rehabilitación complicada.
El estudio, publicado en 'Aquatic Conservation-Marine and Freshwater Ecosystems', ha permitido colocar transmisores vía satélite en los caparazones de 12 tortugas boba ('Caretta caretta') sanas y salvajes, y en otras seis que habían permanecido varios meses en un centro de recuperación de las Islas Baleares.
"Los seis animales del centro estaban muy tocados cuando los recogimos y tuvieron una recuperación muy lenta y complicada", explica a SINC Lluís Cardona, autor principal del trabajo e investigador del departamento de Biología Animal de la Universidad de Barcelona (UB).
Al ser puestas en libertad, tres de las tortugas rehabilitadas presentaron alteraciones de conducta. "Una seguramente se murió y las otras dos no nadaban bien y estaban muy desorientadas", asegura Cardona, quien ha comparado la adaptación al medio de estos ejemplares con el comportamiento de los doce sanos de control.
"Recibimos una señal cada vez que salen a respirar y de esta manerapodemos saber a qué velocidad nadan y la ruta que siguen", com
enta el investigador. Uno de los parámetros más informativos sobre la salud del animal es el tiempo que pasa en la superficie del agua. "Las tortugas suben para respirar y termorregularse. El rato que están en superficie es un reflejo de su control de la flotabilidad", subraya el biólogo.

Una especie que cruza el océano Atlántico

"La mayoría de estos animales quedan capturados de manera accidental en anzuelos de palangre o atrapados en redes de arrastre o trasmallos -detalla el científico-. Un porcentaje menor colisiona con embarcaciones o se enreda en plásticos o redes abandonadas".
Sin embargo, durante los últimos años el número de tortugas capturadas por anzuelos de palangre se ha reducido. "Este descenso se debe a que los pescadores calan a más profundidad y a que hay seguramente menos tortugas, aunque aún se está investigando este último aspecto", señala el biólogo.
El 90% de las tortugas de las aguas de las Islas Baleares vienen de EE UU. "En este país ha disminuido mucho el número de hembras nidificantes de esta especie", alerta Cardona.

Descubren en una cueva de Cantabria un mineral desconocido hasta ahora


Un equipo de investigadores del Instituto Geológico y Minero de España y de la Universidad Complutense de Madrid ha descubierto en la cueva El Soplao (Cantabria) un nuevo politipo mineral, la zaccagnaita-3R, único en el mundo.
Se trata del primer caso descrito de una zaccagnaita formada en una cueva, lo que convierte a esta especie en un nuevo mineral espeleotémico y a El Soplao en una cavidad única por albergarlo, según ha informado hoy el Gobierno de Cantabria en un comunicado.
El descubrimiento realizado ha sido publicado en la edición de abril de la revista 'American Mineralogist' editada por la Sociedad Americana de Mineralogía.
La zaccagnaita-3R ha sido descubierta en El Soplao (Cantabria). | EfeEl nuevo mineral espeleotémico de El Soplao se distingue, además de por ser el primero que se encuentra dentro de una cueva, por su peculiar morfología octaédrica y un zonado de fluorescencia, desconocidos en hidrotalcitas naturales (grupo al que pertenece la zaccagnaita).
Además, desde el punto de vista químico, es más rico en aluminio.
Este nuevo logro científico es fruto de los trabajos de investigación geológica que se están llevando a cabo en El Soplao gracias al convenio suscrito por la Consejería de Innovación, Industria, Turismo y Comercio, el Instituto Geológico y Minero, y la empresa SIEC.

Un mineral extremadamente escaso

La zaccagnaita se descubrió en 2001 en Carrara (Italia) y los autores que hallaron la especie mineral sólo consiguieron unos pocos cristales de tamaño microscópico, ya que el mineral es extremadamente escaso.
Este mineral no es igual que el de la cueva de El Soplao, el de Carrara es zaccagnaita-2H y el de la cueva es zaccagnaita-3R.
La zaccaganita-2H sólo se encuentra en Carrara (Italia) y quizás también en San Constantino (Grecia), aunque la de esta última localidad no está bien caracterizada y es dudosa.
La zaccagnaita-3R no se ha encontrado en ninguna otra parte del mundo y, por el momento, es exclusiva de la cueva de El Soplao.

Las piscifactorías que 'devoran' peces salvajes


La disyuntiva entre la acuicultura y la pesca parece no tener solución, a tenor de las últimas investigaciones. Si la primera, durante mucho tiempo, se pensó que podía ser la alternativa ecológica para evitar el colapso de los océanos, ante el aumento del consumo humano de pescado, los últimos informes científicos apuntan que no lo es.
Un trabajo publicado en la revista 'Fisheris Research', y realizado por la bióloga Alba Ardura, de la Universidad de Oviedo, revela que en los piensos comerciales de los que se alimentan los peces hay hasta ocho especies diferentes, que están en lo más alto de la cadena trófica.
Algunas proceden de los deshechos industriales, una vez que el pescado se procesa para el consumo humano, pero también se ha detectado en el ADN de estos piensos especies que se comercializan en fresco, sin procesar, lo que implicaría que llegan directamente de los pescadores a las piscifactorías o las tiendas dedicadas a los acuarios. Entre ellas, el arenque y el lanzón del Pacífico.
Piscifactoría en Valladolid. | T.S.T."La cuestión es que si hay proteínas que se obtienen de pesquerías extractivas, la acuicultura deja de ser una alternativa a la sobrepescay pasa a contribuir a ella, convirtiéndose finalmente en un riesgo para los ecosistemas marinos naturales", ha indicado la investigadora asturiana a la agencia SINC.

Proteínas vegetales, una alternativa

Desde hace unos años, más de la mitad del pescado que se consume procede de piscifactorías. El problema principal, apunta Ardura, está en que los consumidores prefieren especies carnívoras como el salmón y el bacalao, que requieren para su rápido desarrollo proteínas de alta calidad. Organizaciones ecologistas de todo el mundo llevan años denunciando que con este sistema no sólo no se evita el colapso de especies marinas, sino que se agrava.
El equipo, antes de analizar un fragmento de ADN de los piensos, eliminó los aceites y las grasas para identificar a las especies. Escogieron tanto alimento para salmones como para cíclidos de acuario.
Para la investigadora, la solución pasa por cambiar la composición de los piensos destinados a la acuicultura y sustituir las proteínas procedentes de poblaciones naturales de peces de otras fuentes, como las vegetales, que podrían suplir las necesidades de las especies cultivadas sin dañar la biodiversidad medioambiental.
A este problema de sobrepesca, se añade el de los residuos que generan las piscifactorías. Los restos de alimentos no consumidos, las materias fecales de los animales, los elementos químicos que se les dan para evitar infecciones, microorganismos, parásitos y, además, residuos plásticos y estructuras de las instalaciones también son factores contaminantes a sumar a un negocio que podría ser más sostenible.

Minería de asteroides


Hubo quien dijo que el fin de la era de los transbordadores supondría el ocaso de la carrera espacial. Pero el vacío de la NASA empiezan a llenarlo ejecutivos decididos a invertir millones de dólares de su bolsillo para convertir el espacio en un negocio rentable. Primero fueron los primeros balbuceos del turismo espacial de la mano de pioneros comoRichard Branson o Eric Anderson. Ahora el sueño de transformar los asteroides en explotaciones mineras que horadar en busca de hierro, níquel, óxigeno, platino o agua.
Recreación de la extracción de minerales en un asteroide. | E.M.La empresa se llama Planetary Resources y sus fundadores son el propio Anderson y Peter Diamandis: el empresario estadounidense cuya fundación ofreció 10 millones de dólares al inicio de la década al primer proyecto en construir una nave espacial tripulada sin dinero público. La compañía se presenta este martes en Seattle y cuenta con el respaldo de figuras tan influyentes como el cineasta James Cameron y los responsables de Google Eric Schmidt y Larry Page.
El objetivo es explotar unos 1.500 asteroides próximos a la Tierra. Pero los responsables de la empresa son conscientes de que no es un proyecto rentable a corto plazo. "Nosotros pensamos a largo plazo", decía este martes Anderson, "no esperamos que esta empresa sea un éxito financiero inmediato. Pero si uno cree que los recursos naturales son decisivos para el futuro de la carrerea espacial, es inevitable llegar a la conclusión de que los asteroides son los escalones para avanzar hacia el resto del sistema solar".

Recursos cósmicos

La empresa se fundó en 2010 pero se ha mantenido en estado latente durante dos años. Los necesarios para hacer cálculos y sumar al proyecto nombres importantes como el de Christopher Lewicki, que trabajó como responsable de las misiones a Marte en el laboratorio de reactores de la NASA. A día de hoy, Planetary Resources tiene en nómina a 25 ingenieros y pretende hacer su vuelo inaugural antes de dos años. Lo primero sería lanzar al espacio telescopios para identificar los asteroides con más riquezas naturales. Pero en el plazo de 10 años la empresa se propone crear observatorios en órbita para explotar los recursos de esos asteroides.
Los fundadores del proyecto siguen el camino trazado por el catedrático John S. Lewis a mediados de los años 90. Lewis publicó entonces 'Mining the Sky': un libro que detalla los pasos necesarios para explotar los recursos naturales del espacio en las próximas décadas.
"El espacio es la vía para resolver nuestros problemas de abastecimiento", explica a ELMUNDO.es desde su domicilio, "en los asteroides que nos rodean hay recursos suficientes para mantener la vida de 40.000 millones de personas hasta que se apague el sol. Sólo en el asteroide más pequeño que conocemos hay más metal que el que los seres humanos hemos utilizado desde el principio de los tiempos".