Sífilis: La sífilis se contagia por contacto sexual con una persona infectada, salvo la sífilis congénita, contagiada de la madre al feto. La transmisión por contacto sexual exige la exposición a lesiones húmedas en la piel o las membranas mucosas. Se cree que la sífilis puede contagiarse durante un período de hasta dos años o posiblemente más. La extensión del contagio depende de la existencia de lesiones infecciosas (llagas), las que pueden o no ser visibles
Tifus exantemático: transmitidas por la picadura de diferentes artrópodos como piojos, pulgas, ácaros y garrapatas que portan diferentes aves y mamíferos. La picadura del piojo no es la causante de la infección de tifus por sí sola. Son las heces que los piojos dejan sobre la piel las que rebosan de bacterias Rickettsia.
Este microorganismo se desarrolla en el intestino de los piojos y se encuentra en las deposiciones de éstos, transmitiéndose al ser humano cuando es picado por el piojo y se rasca por la irritación producida, lo cual favorece la infección.
Peste: La mayoría de los contagios se producen por la picadura de pulgas
procedentes de roedores (peste zoótica). Sólo en raras ocasiones otras especies de pulgas pueden transmitir la infección. El contagio entre personas por pulgas es muy infrecuente. Otro tipo de contagios se pueden producir a partir de la mordedura o arañazos de gatos y otros carnívoros, por ingestión de animales muertos, por la manipulación de cadáveres de animales afectados por la enfermedad, o por inhalación de bacterias a partir de la forma neumónica humana (peste dímica).
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